Este lunes, quien se encargó de poner los acordes a esta historia fue la firma calificadora Fitch Ratings, que en el mismo día colocó a Brasil en el juego de los mercados atractivos y seguros con el codiciado grado de inversión y a Portugal en la antesala de los papeles basura que les garantizan una crisis importante.
La calificación crediticia portuguesa se ha derrumbado desde envidiables niveles de alta calidad crediticia hasta la antesala del grado especulativo en muy pocos días. Ha cambiado más rápido la historia de la nación europea que del gigante sudamericano, pero las dos naciones pasan por un relato político que los ubica en el lugar donde ahora se encuentran.
Actualmente, Brasil es el país de moda, el que tiene la recomendación de invertir en su sistema financiero, mientras que el padre europeo tiene el estigma de ser un país que inevitablemente necesitará de la ayuda internacional para sobrevivir.
Sin embargo, hoy Brasil goza de la estabilidad política del gobierno de Dilma Rou¬sseff, quien retoma y continúa lo hecho por Luiz Inácio Lula da Silva. Los niveles de aprobación
Mientras que Portugal tiene una parálisis política importante. José Sócrates es un Primer Ministro Interino que fracasó en su intento de negociar un acuerdo de austeridad. Y no conforme con eso, ha tomado un discurso nacionalista de rescate de su imagen que busca provocar un rechazo social a cualquier plan de rescate que llegue del exterior.
La calificación crediticia portuguesa se ha derrumbado desde envidiables niveles de alta calidad crediticia hasta la antesala del grado especulativo en muy pocos días. Ha cambiado más rápido la historia de la nación europea que del gigante sudamericano, pero las dos naciones pasan por un relato político que los ubica en el lugar donde ahora se encuentran.
Actualmente, Brasil es el país de moda, el que tiene la recomendación de invertir en su sistema financiero, mientras que el padre europeo tiene el estigma de ser un país que inevitablemente necesitará de la ayuda internacional para sobrevivir.
Sin embargo, hoy Brasil goza de la estabilidad política del gobierno de Dilma Rou¬sseff, quien retoma y continúa lo hecho por Luiz Inácio Lula da Silva. Los niveles de aprobación
Mientras que Portugal tiene una parálisis política importante. José Sócrates es un Primer Ministro Interino que fracasó en su intento de negociar un acuerdo de austeridad. Y no conforme con eso, ha tomado un discurso nacionalista de rescate de su imagen que busca provocar un rechazo social a cualquier plan de rescate que llegue del exterior.
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