martes, 17 de septiembre de 2013

BAJO LA LUPA, por Sebastián Joo Anguizola @SebasJoo


Educación ¿Gasto o Inversión en México?

Dentro del idioma económico, a los individuos que puedan aportar a la productividad de un país podemos llamarlos capital humano. Y qué mejor que este capital pueda leer, escribir, sumar e incluso tenga conocimientos universitarios o de posgrados. Lo anterior resulta ineludible para mejorar la competitividad de la economía.
Invertir en la educación puede ser costoso e incluso no puede no aportar beneficios en el corto plazo, pero el no hacerlo trae peores consecuencias. De acuerdo a la Evaluación Internacional de Alumnos (PISA por sus siglas en inglés), México se ubicó en el lugar 48 de los 65 países participantes. Por cada 100 niños que entran a primaria, sólo 76 concluyen la secundario en tiempo y forma. Esto limita la posibilidad de que la educación llegue a todos los jóvenes y que se cumpla lo que menciona el Artículo 3 de la Constitución Política, donde la educación media superior debe ser obligatoria y provista por el Estado.
México destina el 83.1% de su presupuesto para la educación a los sueldos del profesorado –estos siendo los porcentajes más altos entre los países de la OCDE donde la media es de 62%-  En México son dos millones 400 mil los estudiantes que van a escuela de paga y que cubren una colegiatura, lo que abarca a un millón 300 mil familias de una amplia gama que cubre toda la clase media. Gravar las colegiaturas con 16% de IVA es considerado como un impuesto regresivo y en contra del fundamento donde invertir en la educación es uno de los mejores caminos para lograr una mejor productividad en el país e incrementar el acervo cultural e intelectual Sin embargo, en el caso de que se continúe con este impuesto, la FIMPES (Federación de Instituciones Mexicanas Particulares de Educación Superior) prevé que se reduzca en una tercera parte la cantidad de alumnos en la educación superior. Y a pesar de que México es considerado como uno de los países que más gasta en educación, esto no se ve reflejado en el número de matrículas de escuelas públicas. Una de las consecuencias a las que se verían obligados los padres de familia seria mandar a sus hijos a escuelas públicas. Y hoy en día, las escuelas públicas ya no tienen cupo y muchos jóvenes son rechazados. ¿Qué pasaría si esa población escolar, esa tercera parte de alumnos, ingresara en automático al sistema público? ¿Existiría la posibilidad de que todos entren o aumentaría el número de los llamados “ninis” por falta de recursos?

Bibliografía

1. OECD. PISA en español.. Obtenido el 9 de Septiembre del 2013, desde: “http://www.oecd.org/pisa/pisaenespaol.htm”.






Sebastián Joo Anguizola

Economía 
3º Semestre
Twitter: @SebasJoo


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