Pros y Contras de la Reforma Fiscal
El pasado lunes 9 de septiembre, el Secretario de Hacienda, Luis Videgaray presentó una iniciativa de Reforma Fiscal como parte de la propuesta de Ley de Ingresos para el 2014. Esta era una propuesta de reforma muy esperada por diversos sectores de la sociedad en México, debido a que desde el principio ocupó un lugar central dentro del ánimo reformista con el que se inició la presente administración.
Sin embargo, la iniciativa de reforma resultó ser mucho más limitada de lo que se esperaba. Lejos de una auténtica renovación estructural en el sector hacendario, lo que se busca es simplemente continuar parchando un sistema sumamente disfuncional, con pequeños cambios. Algunas de estas ligeras modificaciones son positivas y otras negativas, pero lo que es claro es que no representan una solución de fondo al problema de la recaudación impositiva en México.
Por un lado tenemos las buenas noticias, encabezadas por la eliminación del IETU (impuesto empresarial a tasa única). Este era un engendro que gravaba las actividades tanto del sector empresarial formal como de las personas físicas que desempeñan actividades independientes formalmente, de modo que el IETU representaba un incentivo claro para permanecer la informalidad. Además, se elimina el IDE (impuesto a los depósitos en efectivo) el cual se ideó en primera instancia como una forma de gravar a los informales cuando depositaran dinero en cuentas bancarias. En realidad su principal efecto ha sido el fomentar que la gente guarde su dinero debajo del colchón, lo cual entorpece el desarrollo del sistema financiero en México.
Por otro lado, se eliminan varias deducciones al ISR que eran aprovechadas por las empresas para evadir el pago de impuestos, lo cual impide que algunos sectores de la sociedad se libren del pago de impuestos.
En la contraparte negativa, el principal problema de la Reforma Fiscal es que no hace mayor esfuerzo por ampliar la base gravable (hacer que más personas paguen), sino que recarga la mano sobre los mismos de siempre, es decir los contribuyentes cautivos, aplicando medidas que perjudican sobre todo a las personas de clase media que laboran en el sector formal. No se hizo intento alguno por aplicar IVA generalizado ni otros impuestos indirectos que sean pagados por el grueso de la población.
En lugar de ello, se aumentó la tasa de ISR (otra vez) a los que ganan más de 42 mil pesos mensuales, a quienes ahora se les descontará el 32% de su sueldo. Por otro lado, se aplica IVA justo a los bienes y servicios que no deben llevarlo: primero, a las colegiaturas. Este es un impuesto completamente irracional por dos razones, en primer lugar, el gobierno no se da abasto para cubrir con la educación de todos sus ciudadanos y quienes pagan colegios particulares libran al estado de la responsabilidad de gastar en ellos.
En segundo lugar, el gasto en educación, además de ser inversión en capital humano, representa un servicio público que uno no usa, de modo que la colegiatura no solo no debería ser gravable, sino debería ser 100% deducible de impuestos. Luego se quiere cobrar IVA a las rentas e hipotecas. También creo que este gravamen sería perjudicial pues encarecería la vivienda para gran parte de los ciudadanos, además de desincentivar la industria de la construcción, la cual suele ser un fuerte motor de la economía. Por último, se pretende homologar el IVA en las zonas fronterizas.
Recordemos que la tasa de IVA en las fronteras es de 11% en vez de 16% para evitar que los consumidores mexicanos compren todo lo que necesitan en los países vecinos, donde los impuestos a las ventas suelen ser mucho más reducidos. Aprobar esta alza impositiva representaría dar un duro golpe a la competitividad de los comercios mexicanos en áreas fronterizas y perjudicar la economía de dichas regiones.
Después de haber realizado un análisis sobre esta mediocre propuesta de Reforma Hacendaria, recordemos que la situación política en el país es sumamente delicada y probablemente hoy en día sería inviable aprobar una reforma más completa. El conflicto con los maestros de la CNTE, aunado a las protestas que se avecinan con la Reforma Energética podrían desbordarse si le añadimos una reforma impositiva de gran calado. De modo que podemos esperar que en los próximos años se pudiera corregir la actual reforma, ya que de lo contrario nuestro problema con la recaudación quedará sin corregirse.
Raúl Vergara Arias
Economía
3º Semestre
Twitter: @Rau1Vergara
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