lunes, 15 de abril de 2013

RINCÓN ECONÓMICO, por Raúl Vergara



La Dama de Hierro, un ejemplo para tiempos de crisis

Murió Margaret Thatcher, la primera mujer que fue Primer Ministro del Reino Unido, cargo que ocupó desde 1979 hasta 1990. La “Dama de Hierro” como se le conoció internacionalmente, fue una figura polémica amada por unos y odiada por otros, pero que  dejó una huella permanente por sus efectivas reformas económicas y la firmeza con la que las implementó, así logró convertirse en uno de los estadistas más importantes de las últimas décadas. Sin duda alguna, hoy en día varios países (entre ellos México) se beneficiarían de un líder que siguiera su ejemplo.
Para comprender la magnitud del legado de Thatcher, debemos primero considerar la situación en la que Gran Bretaña se encontraba cuando ella llegó al poder: a fines de la década de 1970, su país estaba sumido en una profunda crisis financiera causada en gran parte por una burbuja inmobiliaria, además, mientras que Alemania y Francia habían crecido 310% y 297% respectivamente entre 1954 y 1977, el Reino Unido había estado estancado y su PIB había aumentado un patético 75%. Al mismo tiempo, el poder de los sindicatos y la dificultad de mantener cientos de empresas estatales tenía a la economía británica de rodillas, por lo que en esos años el país pidió un rescate al Fondo Monetario Internacional para no caer en la bancarrota (si suena similar a cierta crisis griega o española es pura coincidencia… ¿o no?).

En ese contexto fue que Margaret Thatcher tomó las riendas de su país e introdujo una serie de reformas estructurales que permitieron que la economía volviera a funcionar correctamente. Entre los cambios más importantes que se realizaron están: privatización a gran escala de empresas del gobierno (desde minas hasta aerolíneas), reducción a los impuestos, recortes al estado del bienestar, disminución del gasto público, además de medidas para mermar el poder de los sindicatos. Cabe mencionar que la “Dama de Hierro” siempre miró con desconfianza a la Unión Europea y sentó las bases para que el Reino Unido se mantuviera al margen de la misma, algo de lo que muchos británicos están agradecidos hoy que la zona euro está sumida en crisis.

Estas políticas, que después fueron conocidas como “Thatcherismo” tuvieron como resultado el rescate de la economía de su nación que estaba al borde del desastre, un mayor crecimiento y dinamismo. Y no sólo pusieron al país de vuelta en la vía del crecimiento, sino que también permitieron que la Gran Bretaña no cayera en la trampa del gasto gubernamental excesivo y se mantuviera fuera del euro, por lo que hoy es una de las economías más sólidas de Europa.

Sin embargo, no todo fue miel sobre hojuelas para Thatcher. Sus políticas para reducir el tamaño del estado y a favor del libre mercado encontraron una feroz resistencia en varios sectores de la sociedad, principalmente los trabajadores sindicalizados y aquellos que dependían de la caridad del gobierno. Estos grupos protagonizaron enormes manifestaciones, en ocasiones violentas, contra las medidas que atacaban sus privilegios. No obstante, fiel a su sobrenombre, la “Dama de Hierro” no se dejó amedrentar y siguió adelante con su política modernizadora, la cual fue tan exitosa que cuando la oposición llegó al poder, no tocó la mayoría de las reformas thatcheristas a las que tanto había criticado.

Hoy en día vemos una Europa azotada por la crisis y la inmovilidad, y un México donde al gobierno le tiembla la mano ante manifestantes violentos como los maestros de Guerrero que se oponen a una reforma necesaria para el país. En momentos como este es cuando más valioso se vuelve el ejemplo de Margaret Thatcher, y más evidente se vuelve el hecho de que muy pocos gobernantes tienen los tamaños de la gran “Dama de Hierro”.

Descanse en paz, Margaret.





Raúl Vergara Arias
Economía–2o semestre

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