Motivación ¿Psicológica?
Es importante que una persona decida qué quiere hacer de su vida
profesional e igual de importante es tomarse el tiempo necesario para pensar a
qué se quiere dedicar y en dónde.
Al ubicar la empresa en donde se quiere trabajar debemos fijarnos no sólo
en que ofrezcan las mejores prestaciones, un gran sueldo o inigualables opciones
de crecimiento, también se debe pensar en los incentivos que tienen para
motivar tu trabajo de manera “psicológica”. Y por otro lado fijarnos también cómo
es que nos mantendremos motivados nosotros mismos.
La motivación es un estímulo que nos mueve a realizar con muchas más
ganas lo que queremos y en este caso es nuestro trabajo. Es realmente
impactante lo que las empresas pueden lograr motivando a su personal, pueden
alcanzar muchas más metas y retener al talento que puede llevar a la
organización a un crecimiento exponencial.
Motivar a otra persona no implica siempre cosas materiales, la mayoría
de las veces la motivación se empieza con actos como conocer, prestar atención
o simplemente ser amables con los empleados. Primero hay que crear un clima
laboral favorable en donde la comunicación sea plena entre los empleados y en
la relación jefe-trabajador, de esta manera se facilita el aprendizaje teórico
y práctico en todos los puestos. Para lograr los objetivos, se pueden marcar
metas o fines a los que se quiere llegar con trabajos específicos a corto y/o
largo plazo y brindar confianza a la gente pensando en que tienes a los mejores
y que pueden cumplir con un trabajo de calidad sin necesidad de dudas ni
presiones. Después de estar seguro de haber logrado una buena motivación
“psicológica” y de evaluar el rendimiento de las personas, se puede empezar a
agradecer a la gente con retribuciones o premios, como aumento de sueldo, bonos
o días de descanso, con esto la motivación del trabajador va a ser mayor
haciendo que éste suba de nivel y rendimiento.
Pero qué pasa cuando dejamos que la motivación que necesitamos la haga
sólo la empresa. No podemos ser conformistas o esperar a que la gente haga las
cosas por nosotros, aparte de la motivación “psicológica” que te pueda ofrecer
una empresa o incluso la material, uno debe de ir ya preparado con una
motivación interna que nos haga levantarnos cada día con ganas de ir a trabajar
y explotar todo el potencial que tenemos dentro. Para empezar esta motivación
interna, debemos de practicar el autoconocimiento para encontrar las cosas que
realmente nos mueven a hacer bien y con ganas las cosas. Con esto se puede
trabajar en nuestra autoestima y aprender a confiar en uno mismo, en que podemos
lograr lo que sea que nos propongamos y con buenos resultados.
Así podemos concluir que es mucho más importante trabajar una motivación
“psicológica” y dejar la material sólo como complemento. Pero aparte de las
empresas hacia los empleados la debe trabajar también cada persona de manera
para llegar con mucho más ánimo y optimismo al lugar de trabajo.
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