viernes, 27 de septiembre de 2013

APRENDIENDO DE TODO, por Alejandra Revilla Cejudo @alejandra_rc


Reforma hacendaria ¿un plan con maña?


Como todos sabemos hace unos días salió a la luz la nueva propuesta que, el Secretario de Hacienda y Crédito Público, Luis Videgaray,  y el mandatario del gobierno mexicano, Enrique Peña Nieto, elaboraron. Dicha reforma inició como una “propuesta social” que hiciera que las personas que tuvieran mayor poder adquisitivo pagarán más dinero y viceversa.  Desde aquí comenzamos mal, puesto que no se trata tanto de quién aporte más o menos, quién tenga más, o menos obligaciones; el principal objetivo de cualquier reforma hacendaria debería de ser tener un mayor número de contribuyentes.

No es tanto que no haya las normas tributarias necesarias para sacar el país adelante si no que, de un cien por ciento que debería de pagar impuestos, únicamente un muy bajo porcentaje de la población de hecho los paga. El presidente debería de dedicar sus esfuerzos a ser más exigente con los contribuyentes incumplidos, en lugar de ahorcar a los contribuyentes que sí aportan.

Pero volviendo al tema principal, ¿es realmente una reforma social? Sí es cierto que no va a ponerle IVA a los alimentos porque sería un duro golpe para las economías familiares. ¿Pero acaso no lo es aumentar los impuestos en los alimentos para las mascotas, en los chicles, en las colegiaturas o en las hipotecas? Una persona que tiene de verdad un poder adquisitivo alto no necesita una hipoteca, llega y la compra. De la misma manera un coche. Todas estas propuestas son trabas para el crecimiento de la economía.

Pongamos como ejemplo a una pareja joven: necesitaron una beca para poder concluir sus estudios y les dieron un financiamiento económico. Ahora que salieron de la universidad necesitan conseguir un trabajo y tienen contado el tiempo para pagar el dinero prestado. La misma reforma no favorece los empleos formales así que, cada vez más, las oportunidades de conseguir empleo disminuyen, lo consiguen y quieren, como cualquier joven, independizarse. Para esto van a tener que pedir un préstamo, llamémosle hipoteca, pero por obvias razones no cuentan con el poder adquisitivo.

Mientras batallan entre su empleo, los gastos que conlleva tener una casa, el transporte, todavía tienen que añadir a su lista de preocupaciones que, mientras más se tarden en pagar, mayor deuda tendrán, y que ahora tienen dos deudas, la de su licenciatura y la casa. Para el momento en el que nuestra querida pareja haya conseguido pagar todas sus deudas habrán pasado, en un supuesto, diez años; por lo tanto son diez años menos que pueden utilizar para comenzar a ahorrar para cuando el mercado decida que son muy viejos para retenerlos en sus empleos y, ya que nunca consiguieron antigüedad, darles una pseudo-liquidación que los tiene que mantener por el resto de sus vidas.

¿Realmente estamos favoreciendo la economía? Esta reforma desampara a los mexicanos más que favorecerlos, lo que me lleva a preguntarme ¿Cuál es el propósito de la propuesta? Es extremadamente sospechoso que hayan propuesto algo tan descabezado como esto a lo que era obvio que se opusieran, valga la redundancia, los militantes de la oposición.  Ahora, aquel que se resista a esta propuesta queda  como un “héroe” a ojos de la sociedad. ¿Porqué ponerle en bandeja de plata a la oposición, quedando tan bien a ojos de, seamos honestos, los votantes fácilmente manipulables por estos sucesos? O más bien habría que preguntarnos ¿A cambio de qué?

Suena muy osado de mi parte pensar que esto es algo planeado pero, me huele a gato encerrado. Seguramente nos enteraremos pronto de cual es el beneficio que cada una de las partes saca de esta situación pero esperemos que no nos acabe saliendo más caro el caldo que las albóndigas.

Alejandra Revilla Cejudo
Economía
1º Semestre
Twitter: @alejandra_rc

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