miércoles, 12 de febrero de 2014

RINCÓN ECONÓMICO, por Raúl Vergara Arias @Rau1Vergara

Venezuela y Argentina, la nueva crisis del populismo


La tradición populista está bien enraizada en la política latinoamericana. Cuesta trabajo pensar en algún país de nuestra región que en algún momento no haya sucumbido a la tentación de buscar un gobernarse en base a la definición del economista Fréderic Bastiat del estado: “una ficción a través de la cual todos pretenden vivir a expensas de todos los demás”. Es decir, un gobierno que se dedica a repartir más de lo que recauda y que pretende elevar el nivel de vida de las personas sin crear riqueza, recurriendo a la venta de recursos naturales (como se hizo en México en los 70s con el petróleo), a la nacionalización de empresas, a la impresión descontrolada de billetes o a algunas otras ocurrencias de cada gobernante populista en particular. Cabe mencionar que el resultado de estas políticas siempre ha sido muy similar: una fuerte crisis económica, caracterizada por inflación rampante y devaluaciones monetarias que termina dejando a los países en una situación mucho peor que en la que se encontraban antes. La consecuencia inevitable de olvidar que no existe tal cosa como “un almuerzo gratis”: todo gasto se paga tarde o temprano.

Hoy en día la fiesta derrochadora está llegando a su fin para el populismo en Venezuela y Argentina, donde la desastrosa política económica los está sumiendo en crisis. El problema es que ambos gobiernos han mantenido un ritmo de gasto público sumamente elevado, financiado en gran parte por la impresión de billetes y las exportaciones petroleras en el caso de Venezuela y agrícolas en Argentina. Todo este influjo de dinero generó presiones inflacionarias, las cuales fueron contrarrestadas con controles de precios. Sin embargo, esto generó que muchas personas buscaran refugiarse en el dólar como una manera de proteger sus ahorros contra la inflación y para escapar de la intervención gubernamental en la economía. Como consecuencia, la demanda de dólares se disparó, haciendo que el valor de la moneda local bajara. Los gobiernos reaccionaron restringiendo la compra de divisa extranjera y utilizando sus reservas monetarias para comprar dólares, haciendo así que el tipo de cambio se mantuviese más bajo.

Ahora bien, a pesar de los controles cambiarios, la demanda de dólares es tan grande que ha surgido un gran mercado negro para dicha moneda. Para darnos una idea de lo distorsionada que está la valuación oficial del dólar contra el precio de mercado, veamos que los dólares de mercado negro se venden por un 70% más que la tasa gubernamental en Argentina, y en Venezuela por más de siete veces el precio oficial. Esto se está saliendo de las manos de dichos gobiernos, pues cada vez tienen menos reservas monetarias con las cuales comprar dólares y mantener su precio bajo. Las reservas de Venezuela pasaron de casi $30 mil millones de dólares a finales de 2012 a $21 mil millones en enero de 2014. En Argentina pasaron de casi 50 mil millones a 30 en el mismo período de tiempo.

Conforme la capacidad de los Bancos Centrales de hacer frente a la alza del dólar disminuye, una devaluación se vuelve inevitable. Esto fue precisamente lo que ocurrió las semanas pasadas en Argentina, cuando la administración de Cristina Fernández de Kirchner tuvo que ceder finalmente y liberar un poco los controles de cambios.

No obstante, esta medida fue únicamente una solución temporal, ya que todo el sistema de política económica en ambas naciones llegó al punto de volverse insostenible. La inflación en Venezuela pasó del 20% al 58% entre 2012 y 2013 y en Argentina lleva varios años sobre el 20% anual. Esto debido al manejo irresponsable de las finanzas que busca financiar el gasto público excesivo mediante la emisión de dinero y un sistema de impuestos que desincentivan toda actividad económica. El desastre ya es evidente en Venezuela donde el desabasto de productos básicos se ha convertido en un problema crónico pues ya no hay quien quiera invertir en el país y tampoco hay dólares para financiar las importaciones. Argentina todavía puede escapar de una catástrofe económica, pero debe dar un fuerte golpe de timón a la forma en que maneja su economía.

Mientras tanto, para el resto del mundo (y sobre todo de Latinoamérica) esto debe quedar como un ejemplo más de cómo el manejo irresponsable de la economía siempre sale caro, sin importar si se hace en nombre de la nación, de la igualdad, de los pobres o del pajarito en que gusta de encarnarse el espíritu de Hugo Chávez. El equivalente económico de la ley de la gravedad es que todo lo que se gasta se tiene que pagar, lamentablemente parece ser que la izquierda latinoamericana sigue sin entenderlo.

Bibliografía
“Venezuela and Argentina: The Party is Over” 1 de febrero de 2014 Redacción de The Economist, recuperado el 4 de febrero de 2014 http://www.economist.com/news/americas/21595471-latin-americas-weakest-economies-are-reaching-breaking-point-party-over?zid=305&ah=417bd5664dc76da5d98af4f7a640fd8a

Raúl Vergara Arias
Economía
4º Semestre
Twitter:@Rau1Vergara

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