Comprar, Tirar, Comprar
¿Sabía que los focos están
hechos para funcionar 1,000 horas cuando en realidad podrían ser fabricados
para que duren más de 100 años?
La obsolescencia programada es
la “planificación del fin de la vida útil de un producto o servicio, de tal
forma que tras un periodo de tiempo (calculado por el fabricante o por la
empresa) se quede obsoleto o inservible”. Esto puede ser visto positiva o
negativamente dependiendo del cristal del que se mire.
Después del foco, otro ejemplo
son las medias de nailon. Cuando fueron creadas estaban diseñadas para nunca
romperse, sin embargo, las ventas bajaron debido a que las mujeres ya no
necesitaban comprar más, pues el producto les duraría por siempre. Años más
tarde se comenzaron a fabricar medias que fueran fáciles de romper, y así el
consumidor tuviera que estar constantemente comprando más.
Desde el punto de vista del
consumidor, esto obviamente es una estafa, estamos comprando un producto que
sabemos está hecho para dejar de funcionar en algún momento, cuando podría
funcionar “para siempre”. Sin mencionar que esto también afecta al consumidor
económicamente, pues tiene que estar gastando constantemente en nuevos
productos.
Sin embargo, desde el punto de
vista del oferente, la obsolescencia programada es necesaria, sin ella las
ventas serían inferiores a los gastos provocando que las empresas no sean
sustentables. Y al suceder esto, afectaría empleos, puestos administrativos,
comerciales, logísticos, etc. La economía no podría fluir.
Algo que no es debatible, es que
la obsolescencia programada conlleva un daño ambiental. El estar constantemente
comprando significa que se va a estar constantemente tirando, creando
desperdicios. Comúnmente esta basura es enviada a países tercermundistas como
Ghana. Envían residuos tecnológicos, y como excusa dicen: “Queremos cerrar la
brecha tecnológica entre Europa y América y el resto de África”. Pero en
realidad las computadoras que mandan simplemente no funcionan.
Entonces, ¿cómo solucionamos
esto? Al no poder evitar la obsolescencia programada (ya que la economía no
fluiría), lo mínimo que podemos hacer es tratar de ayudar al medio ambiente. No
es sencillo, pero una posible solución sería reparar los productos, en vez de
simplemente desecharlos. Esto requiere un esfuerzo por parte del consumidor, al
igual que del productor; el consumidor podría tratar de reparar el producto
desde su propia casa, y en caso de no poder hacerlo debería poder acudir con el
productor para que éste lo haga, pero para esto, el productor deberá de contar
con ese tipo de servicios. Y en caso de que el producto ya no tenga reparación,
por lo menos reciclar las partes que funcionen. Y así contrarrestar de
alguna forma las grandes cantidades de desechos.
Bibliografía
- Eva C. (2014). Obsolescencia programada: un duro enemigo para el ahorro. Actibva. Recuperado el 19 de octubre del 2014, desde: http://www.actibva.com/magazine/consumo/obsolescencia-programada-un-duro-enemigo-para-el-ahorro
- La 2. (2014). El documental. Rtve. Recuperado el 19 de octubre del 2014, desde: http://www.rtve.es/alacarta/videos/el-documental/documental-comprar-tirar-comprar/1382261/
- Rodríguez, G. (2011). ¿Sabríamos vivir sin la obsolescencia programada? Actibva. Recuperado el 19 de octubre del 2014, desde: http://www.actibva.com/magazine/consumo/sabriamos-vivir-sin-la-obsolescencia-programada
- Yagüe, D. (2011). El debate sobre la obsolescencia programada: ¿estafa o exigencia del consumidor? 20 minutos. Recuperado el 19 de octubre del 2014, desde: http://www.20minutos.es/noticia/926852/0/obsolescencia/programada/debate/
Merkateando, por Luis Daniel Guerra Bonilla
Administración y Mercadotecnia
1º Semestre
Twitter:@Luisda5289
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