miércoles, 20 de febrero de 2013

En la viña alemana, por Mercedes Larrinaga

Lugar: Oestrich-Winkel, Alemania
Fecha: Febrero 20, 2013

El fin de semana pasado se celebró el carnaval en Alemania. Es una festividad que empieza el 11 de noviembre a las 11:11 y termina el miércoles de ceniza, puesto que es una celebración con raíces Romano-Católicas.

Los días más importantes, llamados “crazy days”, empiezan el jueves con el “Women´s Carnival”, donde es tradicional que las mujeres corten las corbatas de los hombres como símbolo de libertad, y además se les “permite” besar al hombre que quieran. No tuve la oportunidad de ir a este festival ya que estaba en clases, así que no estoy segura de si en verdad se llevan a cabo estas dos actividades. El día más importante es “Rosenmontag”, que es en lunes y hay desfiles en las calles de las ciudades en los que la gente va disfrazada, avientan dulces y hay carros con caricaturas de políticos o adornos del estilo. Desgraciadamente tampoco pude ir este día porque igualmente tenía clase, pero mis amigos me contaron que estuvo muy entretenido.

Los lugares que tienen el carnaval más famoso son Colonia y Mainz; así que unas amigas y yo decidimos ir a pasar el fin de semana en Colonia. Al salir de la estación de tren no sé qué me impresionó más, si el imponente Dom (catedral) que se erigía frente a nosotras o la cantidad de gente que estaba disfrazada. Y es que es de asombrarse ya que personas de todas nacionalidades y edades, desde bebitos hasta personas de 70 años, usaban disfraces, lentes chistosos, pelucas coloridas, sombreros, etc. Era un ambiente muy colorido que contrastaba completamente con el color gris del cielo. Los días eran muy fríos, pero eso no le impedía a la gente disfrutar del carnaval.

Por lo general los jóvenes, e incluso adultos, se ponen de acuerdo con su familia o amigos para ir disfrazados de un tema, generalmente son de animales, así que uno va caminando por la calle y ve grupos de flamingos, jirafas, patos, vacas, cerdos, o también te encuentras a payasos, policías, cervezas, super héroes, piratas, o cualquier otro posible disfraz.

Algo muy característico del carnaval es que se toma cerveza desde tempranas horas del día. Eran las 10 de la mañana del sábado y la gente ya tenía un vaso de cerveza en la mano, y curiosamente vendían unas bolsitas que van colgadas al cuello para que pudieras colocar ahí convenientemente tu cerveza. Así que es una fiesta más para adultos que para niños, sin embargo, los ellos también tienen su día.

De vez en cuando había en la calle un puestito que vendía algo de comida alemana, así que decidí probar algo de lo que vendían, se llama “Bratwurst” y es un pequeño bolillo partido a la mitad con una salchicha que sobresale por los lados. Estaba muy rico, pero se me hizo muy chistoso porque no es un hotdog, está hecho con bolillo y solo es una pequeña parte la que tiene salchicha y pan, lo demás es o pura salchicha o puro pan.

El domingo una amiga y yo fuimos a ver un desfile de las escuelas, así que había un grupo que representaba a cada colegio. Todos iban disfrazados iguales e iban arrojando dulces a los espectadores o regalando flores. El desfile duraba cerca de 3 horas, pero mi amiga y yo no duramos más de una hora por el frío que hacía, así que nos fuimos a un Mc Donalds para calentarnos. Al parecer no éramos las únicas con esa idea. Nunca había visto un Mc Donalds tan lleno, la gente estaba parada comiendo, o tenías que compartir la mesa con gente desconocida, pero al menos era un lugar cercano para descansar.

Ya más en la tarde mi amiga y yo tomamos el tren de regreso a Oestrich, pero el ambiente del carnaval nos siguió hasta nuestro destino ya que en todas las paradas se subía y bajaba gente disfrazada. Es una época alegre en Alemania y me agradó tener la experiencia de salir a las calles de Colonia y vivir, aunque no en los días más grandes, lo que es el carnaval.



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