José Javier Zamora Serrano
Economía, 2o semestre
Cinepolio
El
sábado pasado tuve la oportunidad de ver la película “Duro de matar”, en el
Cinemark de Villacoapa. Omitiré mis críticas, pues son irrelevantes al tema que
se ha de tratar. Qué suerte la mía de visitar esta sala en “sus últimas” con el
nombre de Cinemark, pues dentro de poco desaparecerá esta cadena de cines que
nos ha acompañado desde hace ya tantos años. Y es que el lunes de esta semana,
se anunció su compra por parte de Cinemex.
Aún
falta que se concrete la compra, faltando la aprobación de la Comisión Federal
de Competencia. Muchas personas han reaccionado de manera negativa a este
suceso, debido a que al concretarse el intercambio, sólo quedaran dos grandes
empresas con el control del 95% del mercado que proyecten películas en México:
Cinépolis, con 63% de las proyecciones a nivel nacional y Cinemex, con el 32%.
Si estas dos grandes cadenas controlan la mayor parte del mercado, podríamos estar hablando de
un duopolio.
El
imperio de Cinépolis en el Distrito Federal, plaza más cotizada, por fin tendrá
un fuerte competidor, pues dentro de nuestra bella capital, ahora estarán las
proyecciones divididas en un 53% por parte de la cadena de Alejandro Ramírez y
46% por parte de Cinemex.
¿Qué
podemos esperar tras el fortalecimiento de Cinemex, resultando un nuevo
duopolio, si se concreta la venta?
Abarquemos
los supuestos aspectos negativos. Sería importante analizar y llevar un
seguimiento del precio de los boletos. Actualmente Cinemex vende sus boletos a
$69, mientras que Cinépolis a $68. Si los dos empiezan a vender los boletos
cada vez más caros, podríamos estar en presencia un acuerdo entre ambas
empresas para controlar los precios. Seguramente habría un tope, y hasta cierta
alza de precio, las ventas empezarían a bajar y ambas empresas a perder dinero.
Claro que el negocio no es el boleto, sino la venta interior; definitivamente,
si los dos subieran el precio de los insumos para disfrutar de nuestras
películas, las ventas de éstos disminuirían y no sería redituable; las
palomitas no son tan necesarias y es más sencillo que el consumidor controle el
precio, pues si son muy caras nadie las comprará.
Si
hay un problema más grave, es la entrada de nuevas cadenas al mercado. Con
tanto poder en el mercado, es muy difícil que una nueva empresa se haga con el
más mínimo porcentaje de las ventas. Pero además, si hay alguien en realidad
preocupado, son los productores mexicanos, pues según ellos, se tendrán menos
puertas para presentar las películas nacionales, ya que se tienen que adecuar
al “me gusta o no me gusta” de las dos grandes.
¿Pero
en realidad son negativos estos aspectos? Las personas no compraran boletos de
cine ni productos comestibles dentro de los cines mucho más caros, así que en realidad,
el fortalecimiento de Cinemex seguramente se reflejara en una fuerte
competencia, y por lo tanto en más beneficios a los consumidores. Sí, un
problema sería la entrada de nuevos competidores, pero por el otro lado, el
cine mexicano tendrá que ser de mejor calidad si los criterios para la proyección
de películas por parte del “duopolio” son exigentes.
En
general, parece ser que esta compra se reflejará en mayores beneficios para el
consumidor, y aunque tenga sus contras, habrá que esperar los resultados a
futuro.
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