martes, 19 de marzo de 2013

ECONEWS, por José Javier Zamora


José Javier Zamora Serrano

Economía, 2o semestre




Cinepolio

El sábado pasado tuve la oportunidad de ver la película “Duro de matar”, en el Cinemark de Villacoapa. Omitiré mis críticas, pues son irrelevantes al tema que se ha de tratar. Qué suerte la mía de visitar esta sala en “sus últimas” con el nombre de Cinemark, pues dentro de poco desaparecerá esta cadena de cines que nos ha acompañado desde hace ya tantos años. Y es que el lunes de esta semana, se anunció su compra por parte de Cinemex.

Aún falta que se concrete la compra, faltando la aprobación de la Comisión Federal de Competencia. Muchas personas han reaccionado de manera negativa a este suceso, debido a que al concretarse el intercambio, sólo quedaran dos grandes empresas con el control del 95% del mercado que proyecten películas en México: Cinépolis, con 63% de las proyecciones a nivel nacional y Cinemex, con el 32%. Si estas dos grandes cadenas controlan la mayor parte del mercado, podríamos estar hablando de un duopolio.
 
El imperio de Cinépolis en el Distrito Federal, plaza más cotizada, por fin tendrá un fuerte competidor, pues dentro de nuestra bella capital, ahora estarán las proyecciones divididas en un 53% por parte de la cadena de Alejandro Ramírez y 46% por parte de Cinemex.

¿Qué podemos esperar tras el fortalecimiento de Cinemex, resultando un nuevo duopolio, si se concreta la venta?

Abarquemos los supuestos aspectos negativos. Sería importante analizar y llevar un seguimiento del precio de los boletos. Actualmente Cinemex vende sus boletos a $69, mientras que Cinépolis a $68. Si los dos empiezan a vender los boletos cada vez más caros, podríamos estar en presencia un acuerdo entre ambas empresas para controlar los precios. Seguramente habría un tope, y hasta cierta alza de precio, las ventas empezarían a bajar y ambas empresas a perder dinero. Claro que el negocio no es el boleto, sino la venta interior; definitivamente, si los dos subieran el precio de los insumos para disfrutar de nuestras películas, las ventas de éstos disminuirían y no sería redituable; las palomitas no son tan necesarias y es más sencillo que el consumidor controle el precio, pues si son muy caras nadie las comprará.

Si hay un problema más grave, es la entrada de nuevas cadenas al mercado. Con tanto poder en el mercado, es muy difícil que una nueva empresa se haga con el más mínimo porcentaje de las ventas. Pero además, si hay alguien en realidad preocupado, son los productores mexicanos, pues según ellos, se tendrán menos puertas para presentar las películas nacionales, ya que se tienen que adecuar al “me gusta o no me gusta” de las dos grandes.

¿Pero en realidad son negativos estos aspectos? Las personas no compraran boletos de cine ni productos comestibles dentro de los cines mucho más caros, así que en realidad, el fortalecimiento de Cinemex seguramente se reflejara en una fuerte competencia, y por lo tanto en más beneficios a los consumidores. Sí, un problema sería la entrada de nuevos competidores, pero por el otro lado, el cine mexicano tendrá que ser de mejor calidad si los criterios para la proyección de películas por parte del “duopolio” son exigentes.

En general, parece ser que esta compra se reflejará en mayores beneficios para el consumidor, y aunque tenga sus contras, habrá que esperar los resultados a futuro.




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