viernes, 8 de marzo de 2013

En la viña alemana, por Mercedes Larrinaga


Lugar: Oestrich-Winkel, Alemania
Fecha: Marzo 8, 2013


Esta semana ha hecho un clima muy agradable en Oestrich. Ha salido el sol casi diario y ya no se siente tanto frío. Los paisajes cambian radicalmente de cuando hay sol a cuando está nublado, todo se ve muy bonito y alegre.
Para disfrutar de los escasos días soleados me salí un día a caminar a la orilla del río Rin y otro día fui con unos amigos a pasear a Frankfurt. La ciudad se ve muchísimo más bella con el cielo azul, y se nota que a la gente le gusta disfrutar de los buenos días ya que se ven muchas personas caminando y andando en bicicleta, situación que no se veía en los días nublados y fríos. Aquí visitamos una especie de jardín botánico, donde estuvimos gran parte de la tarde disfrutando de las plantas y de la tranquilidad del lugar.
Una de las cosas que me tiene más impresionada es el color azul brillante que tiene el cielo. Evidentemente no hay contaminación porque el aire se siente limpio y se puede ver la estela que dejan todos los aviones detrás de ellos, entonces el cielo está coloreado con muchas rayas blancas que se van difuminando con el tiempo.
Aquí en Alemania tienen una cultura de limpieza y de reciclaje muy admirable. En las calles se ve muy poca basura, probablemente se debe a que hay botes de basura por todos lados, así que no hay excusa para tener la ciudad sucia. El transporte público es el más limpio que he visto, no suele estar rayado ni huele mal, además de que está en muy buen estado.
También le dan mucho interés a separar la basura, en mi casa por ejemplo debo separar el vidrio, plástico y cartón. Las cosas que estén echas de vidrio tienen contenedores especiales que se encuentran por lo general en la calle. Para las botellas de plástico hay un sistema que me parece que debería de imitarse en el mundo: cuando compras una botella de agua por ejemplo, aparte del “contenido” te cobran la botella, para ser precisos 25 centavos de euro, entonces al acabarla puedes depositarla en unas máquinas especiales que te regresan el dinero que pagaste por la botella. Es una buena forma de fomentar el reciclaje desde mi punto de vista. Recuerdo que nuestra maestra del curso intensivo de alemán nos decía que había gente que se dedicaba a recoger botellas de plástico en las calles y con eso ganaban dinero.
Por lo pronto no hay más que contar esta semana, esperemos que todo siga bien la próxima.

0 comentarios:

Publicar un comentario

Queremos saber que opinas de la información que estamos publicando.