Entrevista de trabajo
Se
define una entrevista laboral como un proceso de comunicación verbal y no
verbal que pretende recopilar datos que sirvan como elemento de juicio para la
toma de decisiones en la contratación del candidato.
En
muchos casos cuando se habla de entrevistas, se hace del lado del entrevistado
y se trata de enseñarle cómo prepararse para la misma: cómo vestir, cómo
hablar, qué llevar, qué preguntar, qué no preguntar, cómo moverse, etc. Todo
esto para conseguir pasar a una segunda entrevista y luego ser contratado.
Pero
algo de lo que casi no se habla es de las entrevistas de trabajo en el lado del
entrevistador, pero más que el entrevistador, el lado de la empresa. Es decir
en qué me benefician las entrevistas laborales a mí como empresa y por qué no
simplemente contratar a alguien que tiene la edad, educación y experiencia que
requiere un puesto.
La
entrevista se encuentra dentro del proceso de selección de una empresa, este
proceso es uno de los más importantes en cualquier compañía ya que es en donde
se va a elegir a un nuevo miembro para el equipo de trabajo, y se necesita realizar
correctamente para que así los nuevos empleados tengan las competencias
necesarias, respondan ante diferentes situaciones (actúen) y tengan una actitud
positiva. En pocas palabras un buen proceso de selección me lleva a tener en mi
empresa el mayor “talento” posible.
Para
poder determinar qué necesitaría una persona para ser contratada, se hace un
análisis de puestos en el cual se incluyen las responsabilidades que tendría,
las relaciones con su jefe o jefes y con sus compañeros, la escolaridad, la
edad, la experiencia necesaria y demás detalles que sean importantes y
relevantes para realizar el trabajo en determinado puesto. Es por eso que antes
que nada se revisa el currículum de los candidatos para ver si algo de la
información empata con lo que se está buscando.
Entonces,
en el currículum vitae las personas ya tienen cubierta la mayor parte de la
información que se necesita para saber si se podría cubrir o no el puesto, pero,
cómo saber si una persona tiene una buena actitud, si es bien parecida, si sabe
expresar o no ideas o si su lenguaje es el que buscan. Éstas y muchas otras
cosas no nos las puede dar un papel impreso ni aunque tuviera la foto del
candidato, es entonces cuando entra en acción la entrevista.
La
entrevista hace ver en el candidato cosas mucho más personales su carácter, su
ansiedad, su personalidad, su actitud, etc. y más que nada hace ver qué tan
capaz es el candidato de relacionarse. También ayuda a corroborar la
información que ya se tenía del candidato y ver que su actitud y respuestas
sean coherentes con lo explicado en el currículum o en alguna fase de la
entrevista.
Con
esto se puede concluir que con la entrevista lo que se logra es tener una idea
más concreta que cómo es el candidato, cómo respondería ante el ambiente de la
empresa y qué me podría ofrecer si es que al final es contratado. La entrevista
hace que sea mucho más fácil detectar al “talento”.
Ana Paula Moreno Palma
Administración y Recursos Humanos
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