miércoles, 17 de abril de 2013

RRHH CON SENTIDO, por Ana Paula Moreno



Entrevista de trabajo

Se define una entrevista laboral como un proceso de comunicación verbal y no verbal que pretende recopilar datos que sirvan como elemento de juicio para la toma de decisiones en la contratación del candidato.

En muchos casos cuando se habla de entrevistas, se hace del lado del entrevistado y se trata de enseñarle cómo prepararse para la misma: cómo vestir, cómo hablar, qué llevar, qué preguntar, qué no preguntar, cómo moverse, etc. Todo esto para conseguir pasar a una segunda entrevista y luego ser contratado.

Pero algo de lo que casi no se habla es de las entrevistas de trabajo en el lado del entrevistador, pero más que el entrevistador, el lado de la empresa. Es decir en qué me benefician las entrevistas laborales a mí como empresa y por qué no simplemente contratar a alguien que tiene la edad, educación y experiencia que requiere un puesto.

La entrevista se encuentra dentro del proceso de selección de una empresa, este proceso es uno de los más importantes en cualquier compañía ya que es en donde se va a elegir a un nuevo miembro para el equipo de trabajo, y se necesita realizar correctamente para que así los nuevos empleados tengan las competencias necesarias, respondan ante diferentes situaciones (actúen) y tengan una actitud positiva. En pocas palabras un buen proceso de selección me lleva a tener en mi empresa el mayor “talento” posible.

Para poder determinar qué necesitaría una persona para ser contratada, se hace un análisis de puestos en el cual se incluyen las responsabilidades que tendría, las relaciones con su jefe o jefes y con sus compañeros, la escolaridad, la edad, la experiencia necesaria y demás detalles que sean importantes y relevantes para realizar el trabajo en determinado puesto. Es por eso que antes que nada se revisa el currículum de los candidatos para ver si algo de la información empata con lo que se está buscando.

Entonces, en el currículum vitae las personas ya tienen cubierta la mayor parte de la información que se necesita para saber si se podría cubrir o no el puesto, pero, cómo saber si una persona tiene una buena actitud, si es bien parecida, si sabe expresar o no ideas o si su lenguaje es el que buscan. Éstas y muchas otras cosas no nos las puede dar un papel impreso ni aunque tuviera la foto del candidato, es entonces cuando entra en acción la entrevista.

La entrevista hace ver en el candidato cosas mucho más personales su carácter, su ansiedad, su personalidad, su actitud, etc. y más que nada hace ver qué tan capaz es el candidato de relacionarse. También ayuda a corroborar la información que ya se tenía del candidato y ver que su actitud y respuestas sean coherentes con lo explicado en el currículum o en alguna fase de la entrevista.

Con esto se puede concluir que con la entrevista lo que se logra es tener una idea más concreta que cómo es el candidato, cómo respondería ante el ambiente de la empresa y qué me podría ofrecer si es que al final es contratado. La entrevista hace que sea mucho más fácil detectar al “talento”.








Ana Paula Moreno Palma

Administración y Recursos Humanos



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