Salarios mínimos, crecimiento, productividad y empleo en México, por José Antonio Hernández López
Recientemente se ha
suscitado un debate en torno a elevar el salario mínimo en México. La discusión
ha adquirido un tinte político, pues son partidos políticos y el gobierno de la
Ciudad de México los que pretenden instalar foros para analizar la pertinencia
de elevarlo de entre 63 y 68 pesos diarios, hasta 80. Dicho aumento es deseable
en un país con tanta pobreza y con tan desigual distribución del ingreso.
Para una economía como
la mexicana, que ha registrado tasas de crecimiento económico tan
insuficientes, podría significar un riesgo mayor si no se aumenta la
productividad previamente.
La tasa de
crecimiento económico nos sugiere la posibilidad de crear empleos, y debe ser compatible
con el crecimiento demográfico y, sobre todo, con el número –siempre creciente–
de personas que ingresan al mercado laboral. Un fenómeno que ha surgido con la
globalización, es que muchas empresas se benefician con el bajo costo de la
mano de obra en algunos países asiáticos, como China, debido a los bajos
salarios mínimos, que son inferiores a los de México.
Eso también ha
incidido en los inversionistas extranjeros, que buscan maximizar sus ganancias
en paraísos donde los impuestos sean bajos, los insumos baratos y la mano de
obra calificada, abundante y barata, además de que los trámites y la corrupción
no empañen su impulso por establecerse en ese país.
El INEGI (Instituto Nacional de Estadística, Geografía e
Informática) publicó recientemente la Encuesta
Nacional de Ocupación y Empleo*, correspondiente al segundo trimestre del
2014. La población desocupada asciende a 2.5 millones de personas y la tasa de
desocupación correspondiente fue de 4.9% de la Población Económicamente Activa.
Ésta, a su vez, se ubica en 52.1 millones de personas, que significan el 58.6%
de la población de 14 años y más. En este periodo, un total de 49.5 millones de
personas se encontraban ocupadas, cifra similar a la del trimestre comparable
de 2013.
Para revisar un incremento a los salarios mínimos habrá que
saber con certeza los índices de productividad que, por cierto, varían
enormemente entre los estados fronterizos del norte y los del sur. El intenso
flujo comercial con Estados Unidos ha incrementado los estándares de calidad y
productividad de sus socios comerciales más activos. Según muchas proyecciones
económicas, un aumento por decreto podría incidir en la estabilidad
inflacionaria que México ha logrado en los últimos quince años, lo que nos ha
permitido sortear los vientos de crisis que padecen otras naciones, como
España, cuya población desocupada es el doble de la de México.
Bibligrafía
* http://www.inegi.org.mx/inegi/contenidos/espanol/prensa/comunicados/estrucbol.pdf
Tiro Libre, por José Antonio Hernández López
Economía
1º Semestre
Twitter:@jantoniohl
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