En medio de un fuerte ambiente de competencia comercial y por flujos de inversión extranjera directa, México ha desaprovechado la oportunidad de diversificar mejor su mercado y orientarse hacia las economías asiáticas, de acuerdo con estadísticas de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
En América Latina la inversión directa china irrumpió con fuerza en 2010, cuando sus empresas transnacionales invirtieron más de 15,000 millones de dólares en la región, en su gran mayoría en la extracción de recursos naturales.
China se convirtió así en el tercer país inversionista en la región, por detrás de los Estados Unidos y los Países Bajos, resalta el estudio de la CEPAL. A mediano plazo, se espera que las empresas chinas continúen llegando a la región y diversifiquen su presencia hacia el desarrollo de infraestructuras y manufacturas.
La influencia que China ejerce en América Latina mediante el comercio se extiende a tres ámbitos: como exportador de manufacturas a casi todos los países de la región, como demandante de materias primas -sobre todo a los países de América del Sur- y como fuerte competidor en los mercados de exportación, en particular de México y Centroamérica.
México compite con China en gran parte de sus exportaciones, y el 85% de ellas están bajo amenaza, indica el informe de la Cepal. Esta competencia se inició a partir de la entrada de China en la Organización Mundial del Comercio (OMC) en 2001, que tuvo como consecuencia la disminución del crecimiento exportador de México en los Estados Unidos.
En América Latina la inversión directa china irrumpió con fuerza en 2010, cuando sus empresas transnacionales invirtieron más de 15,000 millones de dólares en la región, en su gran mayoría en la extracción de recursos naturales.
China se convirtió así en el tercer país inversionista en la región, por detrás de los Estados Unidos y los Países Bajos, resalta el estudio de la CEPAL. A mediano plazo, se espera que las empresas chinas continúen llegando a la región y diversifiquen su presencia hacia el desarrollo de infraestructuras y manufacturas.
La influencia que China ejerce en América Latina mediante el comercio se extiende a tres ámbitos: como exportador de manufacturas a casi todos los países de la región, como demandante de materias primas -sobre todo a los países de América del Sur- y como fuerte competidor en los mercados de exportación, en particular de México y Centroamérica.
México compite con China en gran parte de sus exportaciones, y el 85% de ellas están bajo amenaza, indica el informe de la Cepal. Esta competencia se inició a partir de la entrada de China en la Organización Mundial del Comercio (OMC) en 2001, que tuvo como consecuencia la disminución del crecimiento exportador de México en los Estados Unidos.
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