Si puedo revender ¿Para qué trabajo?, por Gilberto Romero Luna
En México, la reventa es un tema de cada fin de semana, en todos y
cada uno de los estadios deportivos, y si llega a tocar un juego interesante,
los revendedores ya hicieron su “agosto”.
Hace unas semanas, se dio en el Estadio Azteca, un clásico del
fútbol mexicano, de alto rating televisivo y casi siempre de estadios con lleno
total, al menos en las zonas bajas de éste. Se realizó un trabajo de campo,
asistiendo al inmueble, para investigar
un poco acerca del tema, a fin de ver qué tanto ingreso generaba este negocio
tan famoso en las últimas décadas. Lo primero fue investigar cuánto costaban
los boletos en taquilla y, por ser un encuentro de alto calibre, el Club
América también subió sus cuotas, aprovechando que el equipo estaba invicto y
que era contra el odiado rival, Pumas. El precio de los boletos subió de los
$150-200.00 que cuestan normalmente a unos $600.00 en promedio según
Ticketmaster, cosa que no afectó en ningún sentido a los aficionados, pues
siguiendo la ley de precio ideal, si el precio sube, la demanda bajaría, pero
por lo visto esta vez no afectó ya que el día del cotejo, por ahí de las diez
de la mañana, los boletos se encontraban agotados por completo. Ésto orillaba a
la gente a buscar a los revendedores, quienes como peces al echar comida en una
pecera, salen de sus escondites a ganarse la vida.
Se puede tomar como ejemplo una pareja que era oriunda de Metepec,
Estado de México. Marcos, de alrededor de 55 años y Mercedes, de unos 50, llevan
unos diez años llevando a cabo este negocio, desde que él se quedo sin trabajo
y comenzaron a tener problemas de dinero. Según dicen, comenzaron poniendo un
negocio propio, por lo que vendieron su coche y con ello pusieron una pequeña
tienda de abarrotes, pero no les generaba los ingresos deseados y quebraron. Un
fin de semana, Marcos quiso ir al estadio a ver a los Diablos Rojos del Toluca
contra el Cruz Azul y al no haber boletos en taquilla acudió a la reventa y al
ver los precios regresó desahuciado a casa. Más tarde, esto lo inspiró a probar
el negocio y desde ese día, su trabajo se reduce a asistir a las taquillas un
par de días antes y esperar a que se agoten los boletos.
En un partido como éste, si ya no encuentras en taquilla y acudes
a la reventa, un boleto promedio, en la mañana o un día antes del encuentro,
oscila entre los $1,300.00 y $2000.00, por lo que cada boleto revendido, les
genera a éstos, un ingreso mínimo de $600.00 y suponiendo que compren en
promedio unos 40 boletos, ésta pareja ingresa alrededor de $50,000.00,
considerando que no venda todos, lo que equivaldría a unos 400 días de salario
mínimo volviéndolos cazadores de clásicos. Restando los gastos que puedan tener
como transporte ($200.00), comida ($200.00) y la compra de boletos ($24,000.00),
cada inversión les generaría una ganancia total de más o menos unos $25,000.00,
doblando su inversión inicial.
La desventaja de esto es que no todos los fines de semana hay
partidos que generen este interés, entonces sólo hay que buscar cuál será el
mas decente y que mejor venda, por lo que en fechas FIFA, cuando no juega la
selección en México, o en los descansos de temporada, el ingreso de éstas
personas se reduce a cero.
Es lamentable que por la poca oportunidad de trabajo la gente
llegue a esto, sería ideal si se pudiera hacer algo para erradicar la situación
y que la gente pueda asistir pagando el precio justo por su boleto; FIFA y FMF,
tienen trabajo.
Bibliografía:
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La Economía en los Deportes, por Gilberto Romero Luna
Finanzas
1º Semestre
Twitter:@gil_romero95
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