viernes, 8 de febrero de 2013

En la viña alemana, por Mercedes Larrinaga

Lugar: Oestrich-Winkel, Alemania
Fecha: Febrero 6, 2013

El fin de semana pasado fui con unas amigas a Frankfurt ya que todos los sábados últimos de cada mes algunos museos son gratis, por lo que quisimos aprovechar el día para ir a algunos y dar una vuelta por la ciudad. Un sitio que es muy famoso en Frankfurt es el “old town”, que es una plaza en la que están las casas más antiguas de la ciudad. Es un lugar muy bonito, lleno de pequeños restaurantes o cafés en los que puedes sentarte a pasar un buen rato.
Como mencioné en mi bitácora pasada, los alemanes aprecian mucho sus horas de sueño, y a partir de las 10 de la noche debe haber silencio. Sin embargo, el fin de semana tuvimos una fiesta en casa de unos chicos canadienses, y desde que dieron las diez de la noche la policía llegó para pedir que bajáramos el volumen de la plática porque le molestaba a los vecinos. Para las 11:30 se tuvo que acabar la fiesta porque eran muchas las quejas que habían recibido, así que tuvimos que irnos a un bar en Winkel para acabar de aprovechar la noche.
El resto de la semana ha sido muy tranquila. Aún no empiezo todas mis clases, así que tengo varios días libres. Aquí la vida universitaria es muy diferente a la de México. Para empezar, las clases se tienen únicamente una vez por semana, lo que en lo personal no me encanta porque de una semana a otra se me olvida lo que vimos la clase pasada. La mayoría de los jóvenes alemanes que van a la EBS no viven con sus padres, se vienen a vivir a Oestrich o a alguno de los pueblitos cercanos para estudiar en la universidad.
El martes la sociedad de alumnos organizó un evento de “wine tasting”, en el que nos llevaron a una vinatería muy famosa en Hattenheim, pueblo en el que se encuentra la EBS y que está a media hora caminando de Oestrich-Winkel. Aquí nos dieron a probar varios vinos blancos de la región, que surgen de la uva llamada riesling. Fue un evento muy agradable y aprendimos un poco más acerca de la cultura de vinos que tiene el pueblo.
Un dato interesante que nos dijeron en la cata es que Alemania es el país número uno del mundo que consume “burbujas”, esto es agua mineral, vino espumoso, cerveza, etc. y esto es muy notorio, especialmente el gusto que tienen por el agua mineral. Por ejemplo en el súper suele ser complicado encontrar agua natural, las primeras semanas que estuve aquí tuve problemas en conseguir botellitas de agua normal, hasta que la maestra que nos daba el curso de alemán nos dijo el nombre con el que podíamos encontrarla.


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