viernes, 8 de febrero de 2013

RINCÓN ECONÓMICO, por Raúl Vergara


Raúl Vergara Arias

Economía

Querido Santa, te pedimos: “Internet Libre Para Todos”
                                                                           

El pasado 22 de enero, diversas organizaciones civiles presentaron la iniciativa ciudadana “Libre, Internet Para Todos”, que por un costo estimado de 30 mil millones de pesos a cargo de quienes pagan impuestos, pretende elevar el derecho al acceso internet a rango constitucional, además de incluir una ley reglamentaria que establecería la forma de proveer el nuevo derecho. De entrada esta propuesta suena bastante atractiva; seguramente será bien recibida por la sociedad y se escucharán numerosas voces pidiendo que sea aprobada, sin embargo, en realidad el asunto no es tan sencillo, y tras un cauteloso análisis surgen varias razones por las que el Congreso no debe permitir que dicha iniciativa llegue a la Constitución. A continuación expongo algunas de las mismas:

En primer lugar, el acceso internet no es una necesidad básica del ser humano, por lo que la idea de que es necesario elevarlo a rango constitucional para que el estado lo provea con el dinero de los contribuyentes es, en el mejor de los casos, cuestionable, por no decir ridícula, especialmente en un país donde muchas personas tienen mayores necesidades como educación, salud o vivienda aun insatisfechas. Dentro del texto de la iniciativa, se toma como ejemplo a países como Finlandia, Francia, Estonia, España y Grecia, que ya han establecido el derecho al internet; no obstante, los primeros tres tienen economías sumamente productivas y con un nivel de riqueza que les permite financiar proyectos “superfluos”, mientras que los otros dos son países que gastaron más de lo que tenían y ahora pagan las consecuencias; México debería aprender de su experiencia y procurar no seguir sus pasos.

Por otro lado, la iniciativa hace hincapié en garantizar el acceso a internet en las zonas más marginadas del país. Pedir esto tiene sentido si lo que se busca es el apoyo de la sociedad, pero en la práctica hay un serio problema: el internet es un servicio que no sirve de nada si no se tiene un dispositivo para acceder a él; y ya que el proyecto de ley no contempla el regalar computadoras o smartphones, de poco servirá el colocar antenas que provean internet inalámbrico en comunidades pobres, cuyos habitantes se beneficiarían mucho más de otra clase de programas sociales.

“Libre, Internet Para Todos” es la primera iniciativa ciudadana que se presenta en nuestro país desde que éstas fueron permitidas por la Reforma Política del año pasado. Lamentablemente, en ella se muestra claramente el principal riesgo de la figura de iniciativa ciudadana: que sea usada simplemente como un instrumento para enviar cartas a Santa Claus (o más bien a Papá Gobierno) pidiendo que pasen leyes que beneficien sólo a un grupo de personas, que en este caso son los usuarios de internet, quienes ya no tendrían que pagarlo directamente.

Ahora bien, si lo que se busca es que en México el internet sea más accesible, de mejor calidad y que llegue a más personas y áreas geográficas, la forma más eficiente de lograrlo no es dándole al gobierno la tarea de otorgarlo con el dinero del erario, sino permitiendo que haya una mayor competencia en dicho sector. Nuestro país sufre de precios altos y velocidad baja en internet no por falta de intervención gubernamental, sino por las barreras que impiden que aumente la competitividad entre las empresas del ramo y mantienen fuera a competidores potenciales; de modo que la solución más efectiva y barata sería simplemente eliminarlas. Esperemos que los legisladores se den cuenta de la situación y apoyen mejores programas sociales.

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