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Las especulaciones llegaran a su fin el día de la elección. El voto ciudadano será quien establezca al nuevo primer mandatario de nuestro país, en un ejercicio democrático que nunca dejara contentos a los que pierden.
No nos hagamos, pocos electores votan con la razón. La mayoría de los votos son motivados por sentimientos sembrados a través de acciones efectivas de los mercadólogos de la política. Ahí es donde los candidatos y sus cuarteles de campaña han acertado en algunos rubros y han cometido errores garrafales que han hecho tropezar candidaturas.
Josefina, en términos de mercadotecnia política, hubiera tenido que recurrir a equipos de marketing con experiencia en hacer ganar a mujeres. Argentina, Chile y Brasil, son países donde se han sembrado argumentos validos para conmover y mover a las mayorías al voto de género.
Enrique Peña Nieto por su parte, no quiere voltear hacia atrás en ningún momento. Por el contrario, busca no caer en las provocaciones de Josefina ni de Andrés Manuel.
El papel de su esposa Angélica, esta matizando acciones de formalidad política, estas acciones, planeadas y estudiadas magistralmente por productores de primera línea y ejecutadas con gran capacidad actoral, muestran lo que los votantes quieren. Lo que los estudiosos del marketing han detectado en los innumerables ejercicios de opinión que han realizado.
Peña Nieto, sabe que no debe cometer ni los errores, ni los excesos de soberbia que llevaron a López Obrador a perder la elección del 2006.
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