El impuesto al refresco, solución contra la obesidad
Sin embargo, muchos creen que esta medida no sería suficiente para que la población dejarÁ de ingerir estas bebidas azucaradas, ya que el impuesto implicaría un aumento de $1.5, siendo que el 21% de los encuestados considera que para dejar de tomarlas el precio debería aumentar entre $6 y $10. A pesar de esto, se le pidió a la SHCP que se incluyera la propuesta en la Ley de Ingresos a presentarse el 8 de septiembre.
Este impuesto lleva muchas implicaciones que no son necesariamente positivas para la sociedad mexicana. Las industrias del azúcar y del refresco han rechazado el tributo porque consideran que, además de elevar la carga fiscal del sector, que ya paga más del 4% de los impuestos del país, afectaría a más de 3 millones y medio de empleos en diversos sectores, entre ellos aquellas familias con menos ingresos. También afecta a los pequeños comerciantes que hay en el país, ya que la venta de refresco representa entre 25% y 30% de las ventas totales, aportando un 2.3% de participación en el PIB. La aplicación de este gravamen generaría una baja en las ventas de refresco de alrededor de 26%. Otra industria que se vería afectada es la de producción de azúcar, ya que el 12% del consumo de la misma es por la industria refresquera.
Otro de las problemáticas que conlleva el impuesto al refresco, es el efecto de migración que habría a otros productos con poca reducción de calorías. Por lo tanto, no se cree que un impuesto adicional vaya a ayudar a combatir la obesidad que aqueja a la nación. Las soluciones más viables serían que, a través de las recaudaciones que se obtengan, se generen campañas informativas para prevenir y corregir la obesidad, además de instalar bebederos de agua potable para que exista una alternativa “gratis” al refresco.
Mercedes Larrinaga
Contaduría
Quinto semestre
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