La tenencia es un impuesto que se ha cobrado desde el año 1968, cuando Gustavo Díaz Ordaz gobernaba nuestro país. Según algunos documentos, Díaz Ordaz habría implementado ese impuesto para poder financiar los Juegos Olímpicos. Se cobra, desde entonces, a todos los propietarios de un automóvil.
Hasta el año 2012, el cobro de la tenencia en el Distrito Federal se mantenía de la siguiente manera: pagaban quienes poseyeran vehículos con valor mayor a 350 mil pesos. Sin embargo, el cambio de administración en la capital mexicana trajo consigo modificaciones al subsidio.
A partir de 2013, pagarán la tenencia los propietarios de automóviles con valor de 250 mil pesos o más. Así lo dictaminaron las Comisiones Unidas de Presupuesto y Hacienda de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF) el 1 de enero de 2013.
Por otro lado, los que posean un vehículo de menor costo verán un alza del 30.89% en el pago del refrendo, es decir, 411 pesos.
Como dato extra, cuando los diputados acordaron la eliminación del subsidio, también se pretendió cobrar el alumbrado público, adecuar la ley para cobrar el predial con base en el valor comercial y restringir el suministro de agua a grupos vulnerables que adeudaran dos bimestres. Sin embargo, estas pretensiones quedaron eliminadas y únicamente quedó el pago de la tenencia, por cuya falta de pago se pierden 4 mil 500 millones de pesos anualmente.
En la misma categoría de “impuestos o cobros innecesarios” entraron respuestas como el cobro de las cuotas en escuelas públicas, el peaje en las carreteras, las propinas a los camareros de restaurantes o los cobros por documentos oficiales como el acta de nacimiento.
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