México es un país donde predomina un fuerte patriarcado, las
mujeres ganan en promedio entre 4% y 12% menos que los hombres según datos del
INEGI. En muchas empresas mexicanas, no existen mujeres en puestos directivos,
son muy pocas las empresas que permiten que los puestos directivos sean
ocupados por mujeres, pero a pesar de esto las mujeres han ido haciendo un
camino en ascenso hacia estos puestos.
Una de las áreas que más ha permitido el desarrollo de la
mujer en puestos directivos es el área de mercadotecnia, de acuerdo con un
estudio que realizó el Departamento de Investigación del Grupo de Comunicación
Kätedra (GCK), 31% de las mujeres fungen como directoras en departamentos de
ésta área, 17% operan como asistentes, 13% desempeñan puestos de coordinación y
el 2% tiene algún puesto de supervisión. Algunos de los motivos que quizá han
influido al éxito de la mujer en esta área es que las mujeres son las
principales consumidoras y en muchas ocasiones las que toman las decisiones de
compra en las familias, llevándolas a estar al tanto de las necesidades que
puedan surgir frente a cierto producto. Otro punto muy importante es que las
mujeres suelen ser más sensibles en cuanto al valor agregado de las cosas y
esto da una muy clara idea de lo que se requiere para impulsar la compra de un
producto, también es importante mencionar el cuidado que ponen las mujeres en
los detalles.
Aunque cada vez son más las mujeres que se abren paso a los
grandes puestos, sigue habiendo una enorme diferencia entre las oportunidades
que tiene un hombre con respecto a las que tiene una mujer. En mi opinión ésta
desigualdad de oportunidades se da en gran parte por los roles que juega cada
uno en la vida, mientras que los hombres se dedican a sus carreras
profesionales la mayor parte de su vida, las mujeres interrumpen muchas veces
las suyas al buscar expandir su familia, al tener hijos. Los hombres en cambio
no requieren de tanto tiempo para ésta misma tarea, ya que su inmersión en la
crianza y cuidado de los hijos es muy poca en comparación con la de la mayoría
de las mujeres. Aunque estos roles están cambiando y con más frecuencias vemos
a hombres que se encargan del cuidado de los hijos y del hogar, involucrándose
más en tareas que antes estaban totalmente a cargo del sexo femenino.
El cambio en el pensamiento de las personas empieza con el
de uno mismo y aunque las nuevas generaciones ya están empezando a cambiar los
paradigmas que por tantos años nos ha impuesto la sociedad todavía nos falta un
muy buen camino. La igualdad entre mujeres y hombres en cuestiones laborales se
irá alcanzando conforme más hombres se involucren en las tareas del hogar y la
sociedad cambie su estructura ideológica conforme al rol femenino y masculino.
Karla López Diez de Bonilla
Administración y Mercadotecnia
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