Los resultados de la economía de México llevan varios años dejando que desear. Sin embargo, no todo ha sido negativo en el manejo macroeconómico de nuestro país, uno de los grandes logros alcanzados es que la inflación lleva varios años bajo control y actualmente se encuentra en mínimos históricos, llegando a niveles cercanos al 2.5%, lo cual es un cambio radical si comparamos con los años 80 y 90, en que la inflación llegó a niveles de dos dígitos en repetidas ocasiones.
El principal factor que ha permitido este descenso en la inflación es la autonomía del Banco de México, lograda tras la crisis de 1994. Antes, el banco central estaba obligado a otorgar créditos al gobierno federal en ciertas circunstancias y actuaba bajo fuertes influencias políticas. En este entorno la política monetaria de México se manejaba de una forma mucho más irresponsable, pues el gobierno tenía la facilidad de financiar su gasto a través de la emisión monetaria; la inflación era una consecuencia natural de este proceso pues un aumento descontrolado en la cantidad de dinero suele provocar que el nivel de precios se eleve.
El tener un banco central independiente y manejado de forma responsable, nos ha permitido gozar de una estabilidad en el poder adquisitivo de la moneda que no se había visto anteriormente. Sin embargo, actualmente hay confusión entre muchas personas sobre cómo podemos tener una inflación tan baja en un contexto en que el dólar se ha encarecido tanto frente al peso, lo que trae aparejado el riesgo de que se eleven los precios de los productos e insumos importados y esto empuje la inflación a la alza.
El encarecimiento del dólar no ha provocado inflación hasta el momento por distintas razones. La primera de ellas es que debido a la desaceleración de China y consecuente baja en su demanda de materias primas, el precio de muchos commodities industriales, así como el de los energéticos como el petróleo ha bajado. Además, muchas de las empresas que utilizan insumos importados en nuestro país cuentan con coberturas cambiarias que las protegían frente a un alza en el tipo de cambio. Finalmente, el crecimiento económico en México ha sido muy lento durante el presente año, por lo que las presiones inflacionarias han sido débiles, pues la demanda no es suficiente para impulsar los precios a la alza de forma importante.
Nada garantiza que esta situación se va a mantener en los próximos trimestres, y es muy posible que el dólar caro comience a impactar la inflación a inicios de 2016, no obstante Banco de México está bien posicionado para mitigar el efecto y que el poder adquisitivo de los mexicanos no sufra una importante merma, para ello será necesario una estrategia de subasta de dólares por parte del banco central que no permita que el tipo de cambio se dispare, así como un ajuste en las tasas de interés para atraer inversiones a México y con el influjo de divisas fortalecer nuestra moneda.
RINCÓN ECONÓMICO, por Raúl Vergara Arias
Economía
7º Semestre
Twitter:@Rau1Vergara
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