La gran mayoría de los empleados se quejan constantemente de sus jefes, los cuales son incluso una razón para buscar abandonar la empresa. Sin embargo no todos los casos son así, existen jefes que nos ayudan a desarrollarnos profesionalmente, que nos motivan, influyen pero no mandan y ayudan liberar nuestro talento.
Si nos encontramos en el caso de tener un buen jefe, debemos de entender que él necesita confiar en nosotros, espera que no digamos poder hacer cosas imposibles; debemos ser proactivos, buscar soluciones no problemas; espera que seamos competentes, tanto en las grandes cuestiones como en los pequeños detalles; necesita gente que sea buena en actividades determinadas, no fingir ser bueno para todo. Un jefe busca seguridad y autoconfianza en un empleado, por lo que buscar aportar los detalles anteriores es la mejor forma de agradar al jefe.
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